De allí, del paraíso ha de retornar otra momento al mundo a sentenciar a los vivos y a los muertos. Entonces saldrán de sus sepulcros los hombres de todos los tiempos y de todas las naciones para presentarse delante este Divino Señor que hará ostensible, con gran salvación y majestad, su Imparcialidad eterna y universal en la condenación de